sábado, 14 de julio de 2012


La Tongolele y las fuerzas invasoras de las pasiones bajas
Para Alejandro Calzadilla

En junio de 1953 la jerarquía de la Iglesia católica venezolana libra varias batallas contra las fuerzas del mal, la primera y más importante contra el comunismo; la segunda y más difícil, tratar de controlar el mal en el cuerpo de las mujeres porque pueden despertar “pasión bestial”, atentar contra el sentido del pudor, y si además se mezcla con la “cultura de mambos” puede ser un ejemplo de la “incultura en carne humana”. Dos formas de presentación tenía esta última tentación del mal: los concursos del Miss Venezuela, y las funciones que hacia La Tongolele en cines, cabarets y teatros del país. Las plumas de Germán Borregales y de Monseñor Pellín estaban prestas desde el diario La Religión para estas luchas.
Es que Yolanda Montez Farrington alias La Tongolele, bailarina exótica, estaba de jira y era perseguida por Grupos de Acción Católica y Juntas de Censura para que se prohibieran sus presentaciones en Caracas, Valencia, Maracay, Barquisimeto, Coro o Maracaibo. Por presión pública hacia las esposas de gobernadores, alcaldes y de otros representantes del poder, estas especies de guerrillas católicas lograban por medio del chantaje la prohibición de los espectáculos. Publicaban los nombres de los dueños de los cines, de los gobernadores, o llamaban a boicot económico contra esas empresas. Así sucedió en Coro y en Valencia ese año, y por este mecanismo nos enteramos que Ladislao Tarnói (autor pago de una apología del dictador titulada El Nuevo Ideal Nacional de Venezuela. Vida y Obra de Marcos Pérez Jiménez) fungía de gerente del Hotel Jardín de Maracay, donde se hizo una presentación de la bailarina. Motivo por el cual fue declarado persona no grata.
Lo particular de los bailes de La Tongolele venía de la mezcla de los movimientos de cadera de los bailes tahitianos con los ritmos afrocaribeños, aderezado a su vez por el exotismo con que el cine mexicano presentaba la cultura caribeña. Acompañada en las congas por Joaquín González y Virgilio Martí, exhibía unos movimientos que eran interpretados como “las fuerzas invasoras de las pasiones bajas” por los pacatos buenos católicos. Cuando lograban la prohibición de las funciones en los principales teatros, se alegraban estos nuevos cruzados contra el mambo, de que sólo en los arrabales y barrios se pudieran ver estas indecencias, quedando a resguardo las personas decentes y las señoritas de bien. Aunque también denunciaban que los jefes de familia no dejaban asistir a sus familias pero ellos no se perdían las funciones, en busca de las poses y figuras inmorales que excitaban su pasión bestial.
Acá les dejo  a La Tongolele junto a Tin Tan en la película El Rey del Barrio de 1949, canta el Benny Moré.